Pateando piedras...

No soy partidario de meterse en la vida personal de nadie. Pero cuando personajes de nuestro criollo “Jet Set” como Marcelo Ríos y Kenita Larraín se exponen así, es imposible no darse unos minutos para mirar y escuchar las declaraciones por la tele y leer del tema. Uno dice formal y escueto ¡Qué lata, como tanto!. Pero no podemos resistir saber de la última copucha.

¿Quién no ha tenido algún conflicto en el matrimonio o en el pololeo? cuando comienza una discusión rápidamente sube de tono por insignificante que sea el motivo y, peor si este se relaciona con “la otra” si es que la hay. Pero a las pocas horas en la mayoría de los casos la discusión se soluciona bien, cuando el tema es un poco más complicado en unos días la situación se normaliza. Y la reconciliación va con todo, eso es como lo normal para el común de los mortales ¿o no?.

Pero ellos son parte del “Jet Set” y talvez está asumido que la exposición a la opinión pública algo dejará que vale la pena estar en el comentario diario. Más encima no faltan los que en vez de ayudar a superar el conflicto lo complican, como el papá de Ríos quien se ha caracterizado por apagar los incendios del Chino. Pero esta vez lejos de apagarlo le tiró bencina de alto octanaje.

Así la pelea de la Kenita con el Chino Ríos parece que no tendrá un buen final por lo menos en el corto plazo, él parece que cerró la puerta al hacer sus descargos tanto por la prensa escrita como por la tele y lo que dijo no tiene doble lectura ¿o la prensa habrá cambiado el contexto?. Ella por su parte no vaciló en exponerse a los medios que se encontraban en el aeropuerto para su ¿suerte o mala suerte? Don Sata metió su cola y le vino como anillo al dedo a la Kena para dejarse grabar, aunque todavía faltan sus descargos los que ya se anuncia que realizará por TVN.

Recuerdo un dicho popular que dice: “a río revuelto ganancia de pescadores”. Guliana Sotela la exesposa de Marcelo Ríos atenta a la situación parece que salió con arpón a la pesca de río, según ella sólo ha hablado en defensa de su hija. Iván zamorano quien estuvo a horas de subir al altar con la magullada modelo, tampoco ha perdido la oportunidad de utilizar el alboroto para justificar de alguna forma el porque de su rompimiento con Kenita, un tema que nunca quedó claro después de tanto idilio y tanta cazuela familiar.

Ahora, uno puede sacar unas lecciones positivas: preocuparse de estacionar bien el vehículo. Fijarse de que el acompañante use el cinturón de seguridad. Pero seguramente lo más importante es no ir enojado con la esposa a visitar a la ex.