Pateando piedras...

Ahora que las campañas políticas están en pleno auge es de esperar que las buenas relaciones se mantengan. No hace mucho las diputadas Lily Pérez de RN, Marcela Cubillos de la UDI y Carolina Tohá del PPD expusieron en una charla en la universidad UNIACC. El tema central fue las mujeres en el poder.

Cada una de ellas se paseó por diversos casos del acontecer nacional donde las mujeres son actores relevantes, agradable fue ver que se complementaban sin problema incluso se desmarcaban de sus partidos para expresar sus concordantes opiniones, los apoyos mutuos fueron claros ya sea por el camino de la palabra directa, o a través de expresiones o gestos de aprobación ¿Sería que no había prensa lo que permitió tanta camaradería?

Tras un rápido recorrido por los logros femeninos a través de nuestra historia no carentes de sacrificios. Sacrificios que para estas tres mujeres avalan los actuales avances que han ido metódicamente consolidando en diferentes planos del que hacer nacional. Dando cuenta del reforzamiento del liderazgo femenino tema central del seminario, una de ellas dijo “Ya basta de celebrar porque estamos en la banca hace rato que estamos jugando el partido”, quién lo puede negar. La mujer chilena de este nuevo milenio, hace rato que toma decisiones y francamente en buena hora, de hecho estamos apunto de tener a una mujer como presidenta de la República.

Durante el desarrollo del encuentro ensalzado con las capacidades femeninas poco a poco el ambiente se comenzó a cargar en contra de los hombres por su machismo incontrolable, cosa que no es del todo falsa ¿Pero será para tanto?. Se escucharon historia de sus desventuras dentro del ambiente político dominado por hombres que según sus palabras se quedaron en las cavernas. ¿Los hombres no habrán cambiado algo en su actitud para que ellas entraran a la cancha?, y no sólo siguieran lavando las camisetas.

Las tres irradian un aura de seguridad y carácter si bien nos ven como cavernícolas, ellas con su prestancia son más que dignas representantes de la mítica tribu de las Mujeres Amazonas, o del trío de la famosa película las Brujas de Eastwick interpretadas por Cher, Susan Sarandon y Michelle Pfeiffer. Aquellas tres hermosas mujeres que invocan al diablo transformado en hombre interpretado por Jack Nicholson. Pero más se parecen a las Amazonas. Cuando hablaban de los cambios que han conseguido tras arduas luchas contra los hombres insensibles en temas como: la violencia intrafamiliar, del acoso sexual, o jactándose de que pueden hacer más de una cosa al mismo tiempo, como otro plus sobre los hombres, aunque sería recomendable que no se maquillaran mientras conducen. También hablaron de la igualdad de trabajo, de su derecho a la tuición de los hijos en caso de separación matrimonial, aún en los casos donde uno de los padres se confiesa homosexual. En este punto fueron un tanto contradictorias pero firmes, porque criticaron el fallo contra la jueza Átala. Jueza que por confesarse lesbiana perdió la tuición de sus hijas, dijeron en cambio no estar de acuerdo con que homosexuales hombres adopten hijos ¿Habrá sido su sangre Amazona?.

Por lo menos queda la conformidad de que esta milenaria tribu por lo menos se relacionaba con los hombres para conservar la especie y en particular su género, sacrificando a sus parejas masculinas o manteniéndolos de esclavos. Aunque hoy no sería de extrañar que esta relación íntima se mantenga sólo hasta que la ciencia no optimice la clonación u otra técnica que reemplace al energúmeno llamado hombre, y nos saquen de la cancha reproductiva. Pero la esperanza es lo último que se pierde, quien sabe si estas Amazonas modernas en le fondo no nos odian tanto y nos guardan un mejor futuro.